LA EDUCACIÓN JURÍDICA EN MÉXICO (17)

Dr. Efrén Vázquez Esquivel

Hoy me ocuparé de la Filosofía del derecho en la educación jurídica que se imparte en México, comenzaré por la más próxima, la que se imparte en la Facultad de Derecho y Criminología (FACDYC) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Lo primero que quisiera dejar claro es que si lo que se busca es proporcionar a los licenciados en Derecho una educación integral, humanista y de un alto contenido científico, entonces, entre los ejes trasversales para lograr ese propósito deben destacar la Filosofía del derecho impartida, preferentemente, por docentes con formación filosófica y jurídica que, además, hayan vivido experiencias en alguna de las diferentes profesiones jurídicas.

Lo que se observa en algunas mallas curriculares de escuelas de Derecho, públicas y privadas, que dicen buscar este mismo propósito, entre las cuales se encuentra la FACDYC, es que buscan en otras asignaturas lo que es propio de la reflexión filosófica-jurídica, por ejemplo, en la asignatura “Igualdad de género, diversidad sexual e inclusión”, asignatura del primer ciclo, ubicada en el área curricular de formación general inicial de la mencionada institución.   

En efecto, los tópicos centrales de la referida asignatura, entre otros las diferentes concepciones del hombre, como especie, no como género; los valores de la libertad, la igualdad y la responsabilidad y la seguridad jurídica, la reflexión filosófica sobre la construcción social de género, etc., son propios de la Filosofía del derecho, disciplina en la que es menor el riesgo de caer en sesgos ideologizantes. Pues, algo que por su obviedad ya no debería ser materia de deliberación entre los juristas, es que el derecho se piensa en la filosofía del derecho.   

Lo antes dicho será materia de análisis en otro momento; por ahora, antes de proseguir con esta exposición, con la intención de referirme a otras asignaturas de la malla curricular de la carrera de Derecho de la aludida institución de enseñanza superior, quisiera dejar claro que para hacer de la Filosofía del derecho una asignatura trasversal articuladora que permita una dúctil interrelación con las demás asignaturas, es necesario un enfoque didáctico-pedagógico por problemas: “Problemas actuales de filosofía jurídica”, pudiera ser el nombre que se le asigne, asignatura que podría impartirse después de haberse cursado, por lo menos, un curso de Filosofía del derecho con un enfoque histórico-sistemático.

El éxito de esta empresa, no está demás decirlo, dependerá, en la parte fundamental: el logro de los objetivos planteados, de la competencia de los docentes. Por lo tanto, y por lo antes dicho, los profesores de Filosofía del derecho no deben ser improvisados; pero es de justicia que quienes se dedican a impartir esta asignatura, sin que jamás haya sido su proyecto de vida dedicarse a la enseñanza de la Filosofía del derecho, se les proporcionen las facilidades que requieran para que adquieran una sólida formación en esta disciplina.   

No exagero, en una primera aproximación a este problema se aprecia que, a diferencia del núcleo duro de la malla curricular de la carrera de Derecho de esta misma universidad: Derecho civil, Derecho penal, Derecho constitucional, Derecho procesal Civil, etc., en donde por lo menos la mayoría de los docentes poseen experiencia en el foro o la Judicatura, en el caso de los profesores de las asignaturas transversales no acontece lo mismo. Es en el salón de clase donde se comienza a aprender, sí es que existe esa voluntad. Debo decir que, no obstante esta peculiar manera de formar profesores de Filosofía del derecho ha habido algunos que han logrado convertirse en reputados filósofos del derecho. Pero hay una desventaja: los años de autoaprendizaje no son pocos.

Volviendo al punto, otras de las asignaturas transversales de la malla curricular en estudio, ubicadas en el primer ciclo (área curricular de formación inicial general) son “Responsabilidad social y desarrollo sustentable”; “Ética, transparencia y cultura de la legalidad”; Cultura de paz y derechos humanos”; y “Liderazgo, emprendimiento e innovación”.

Esta última, con diferentes rótulos y con un enfoque ideologizante, aparece en las mallas curriculares de todas las universidades. Y en todas las carreras, no solo en la de Derecho. Al parecer es inevitable la ideologización por medio de la educación. En los primeros años de la década de los 70´s en la UANL, dominada por las izquierdas, las asignaturas transversales tuvieron un enfoque marxista, ahora es al revés. Pero, independientemente de los sesgos ideologizantes que pueden ser derrotados por medio del pensamiento crítico y complejo (que no debería faltar en ninguna malla curricular), todos los contenidos de las aludidas asignaturas pueden ser materia de estudio de un curso de problemas actuales de Filosofía jurídica.

En la siguiente sección me ocuparé de responder a la pregunta por qué la Filosofía del derecho es entre las asignaturas transversales la más importante; por ahora, solo me referiré a las asignaturas del “Área curricular de formación inicial de introducción a la profesión” de la malla curricular de la FACDYC, que en términos de precisión no debería ser “introducción a la profesión” porque la ciencia jurídica no solo proporciona saberes para el ejercicio de una solo profesión jurídica, tales como la abogacía, la judicatura, la función ministerial, notarial, etc.

Pues bien, en el primer semestre aparecen las siguientes asignatura de la mentada área: “Tópicos selectos de sociología”, al parecer la Sociología jurídica, que en el caso de México se ha venido cultivando desde la década del 70, al parecer no se consideró importante; “Introducción al derecho”; “Derecho constitucional”; “Tópicos de economía”; “Introducción a la Criminología”; “Derechos humanos”; y “Gestión de entornos digitales”. Me ocuparé de este conglomerado de asignaturas; pero después de exponer en la siguiente sección las razones de por qué sin Filosofía del derecho no es posible, salvo excepciones de las conductas que optan por el autoaprendizaje, contar con profesionales del Derecho integrales con un perfil multidisciplinario y humanista.