Dr. Efrén Vázquez Esquivel
El 19 de marzo de 2023 se cumple medio siglo del deceso de uno de los juristas más grandes del siglo XX, como lo fue Hans Kelsen, considerado por algunos como “El jurista del siglo XX”. Motivado por este hecho, y considerando que el fundador de la escuela de Viena fue, sin duda, el jurista que el siglo pasado generó más polémicas con su Teoría pura del derecho, como homenaje póstumo a este gran jurista publicaré en este espacio una docena de artículos sobre su vida y obra, tomando como principal referencia la obra Hans Kelsen: Leben und Werk (Hans Kelsen: vida y obra), de Rudolf Aladár Métall; y en cuanto al contenido de su obra recurriré a fuentes directas, de manera principal a su Teoría pura del derecho.
Como en mis anteriores colaboraciones, los principales destinatarios de este esfuerzo académico son los estudiantes de derecho, principalmente los de licenciatura, pero también los de posgrado, el público en general que se siente atraído por temas jurídicos y, por supuesto, también a quienes ejercen cualquiera de las diferentes profesiones jurídicas, principalmente a los abogados.
Ahora bien, a partir del supuesto de que «nada es sin fundamento», y considerando que es más difícil desaprender lo aprendido para aprender críticamente los fundamentos de lo que se cree que se sabe, [para lo que es necesario aprender a pensar, no a inventar trucos para guardar todo en la memoria y de ahí sacar lo que se necesite sin necesidad de problematización alguna], es comprensible, absolutamente comprensible, que los graduados en derecho tendrán que invertir un mayor esfuerzo para comprender y aceptar a El otro Kelsen, título de una de las obras de Óscar Correas editada por el IIJ de la UNAM.
El otro desconocido, mal comprendido, vituperado y perseguido por el fascismo, Hans Kelsen Löwy, quien por ser un clásico de la ciencia jurídica su obra perdurará hasta que se extinga la humanidad, fue de origen judío y nació en Praga (país que hasta 1918 fue parte del Imperio Austrohúngaro) el 11 de octubre de 1881, y murió en Berkeley, California, el 19 de abril de 1973. Sus padres fueron Adolfo Kelsen, hombre dedicado a actividades comerciales, y Auguste Löwy, mujer dedicada a las actividades del hogar. Cuando Hans Kelsen tenía tres años, la familia Kelsen-Löwy emigró a Viena, ahí nacieron los otros tres hijos del matrimonio que trajo al mundo a Hans Kelsen, Ernesto, Gertrud y Paul Fritz.
Antes de proseguir con esta exposición quisiera enfatizar la importancia del ambiente familiar en el que nació, creció y se formó Hans Kelsen para hacer ver, sobre todo a los jóvenes, que aunque en la vida nada es seguro, pues, como dice Heidegger, “frente a la vida sólo hay posibilidades” –es decir, todos “proyectamos nuestro Ser sobre la base de posibilidades”–, nuestros proyectos de vida, para su realización, requieren de nuestro esfuerzo. Y, como los milagros no existen, sino sólo las posibilidades, hay que tener siempre la mirada fija en las posibilidades que se despliegan frente a nosotros para aprovecharlas.
En efecto, siguiendo a Heidegger, nada es seguro, las únicas certezas son que existimos y que vamos a morir, todo lo demás son sólo posibilidades. Y no hay que olvidar que sólo hay tres tipos de posibilidades: las que nos llegan junto con el regalo de la vida, es decir, las que se generaron socialmente y las que fueron generadas por nuestros padres antes de que llegáramos al mundo; las que, ya como existentes, nos llegan de casualidad, o de “chiripa”, que algunas veces ni siquiera miramos; y las que nosotros mismos, con esfuerzo propio, somos capaces de generar, dependiendo de las condiciones objetivas y subjetivas de la sociedad.
Veamos ahora las posibilidades sobre las que Hans Kelsen pudo realizar su proyecto de vida, como lo fue la creación de su Teoría pura del derecho, ello por ser precursora de los más importantes descubrimientos de la ciencia jurídica de la segunda mitad del siglo XX y en lo que llevamos del nuevo milenio.
Ni en los antecedentes genealógicos de los Kelsen ni de los Löwy hubo persona alguna dedicada a las letras, tampoco se advierte –según se desprende de las investigaciones de Aladár Métall– que haya habido poseedores de grandes fortunas, cosa que nunca tuvieron los padres de Kelsen, ello no obstante de que con su cambio de residencia, de Praga a Viena, hubo una constatable mejoría económica, ya que, según dice Adalár Métall, antes el padre de Kelsen se dedicaba a vender candelabros y lámparas, mercancías que terminó fabricando en un pequeño taller.
Así las cosas, pero no obstante esta situación, es decir, sin posibilidades a la vista, sin que hubiera en la familia Kelsen- Löwy condiciones objetivas y subjetivas para impulsar e inspirar un crecimiento espiritual del tamaño que se requiere para crear una de las más importantes teorías del derecho del siglo XX, Hans Kelsen pudo lograr realizar su designio histórico, a saber, ser uno de los juristas más grandes del siglo XX, o ser “El jurista del siglo XX”.
Al jurista vienés se le censura porque, según se dice, su Teoría pura del derecho saca la moral del derecho, por lo que ésta sólo sirve para legitimar cualquier tipo de régimen político. Se le censura también porque, sin importar bandera alguna, su teoría sirve para legitimar los gobiernos de facto, es decir, a aquellos que se instalan por medio de golpes militares. Y en su tiempo, por si no fuera suficiente, no pocos lo etiquetaron hasta de fascista, a pesar de que él sufrió en carne propia, como tantos otros intelectuales, sólo por su origen judío, la persecución y los estragos del fascismo. Pero pocos, muy pocos miran que el sistema de pensamiento kelseniano es el único que puede diferenciar, hasta ahora, lo que es «derecho» y lo que es «ciencia jurídica».